9 de diciembre de 2009

LAS MEJORES MEDICINAS CONTRA LA INFLUENZA

QUIEN ES EL PATA DE LANA?


Seguramente, muchas veces, ustedes han oído la expresión el “pata de lana”. Siendo en muchos casos que ni siquiera sabían lo que la expresión venía a significar; o bien, en otros supuestos, la han escuchado y comprendiendo lo que ella refiere, pero, sin embargo, desconociendo el origen de dicho término. Ahora bien, los primeros ahora lo sabrán, y los segundos ya lo saben, que la expresión el “pata de lana” hace referencia a la persona del “amante”, es decir aquél que clandestinamente mantiene una relación amorosa de índole pasional y sexual con una mujer quien ya se haya casada, o bien en concubinato, o bien en noviazgo estable sin convivencia, con otro hombre, es decir, el engañado (vulgaris “el gorreado”).

Pero bien, ¿por qué al amante le decimos el “pata de lana”, o incluso coloquialmente “el pata e’lana”? Preliminarmente, antes de entrar en la explicación, debemos aclarar algunos términos. En primer lugar, consignamos que el vocablo “pata”, es una denominación vulgar que se le da a la pierna y/o pies de una persona, porque, a decir verdad, sólo los animales tienen patas. Un segundo vocablo a dejar en claro es “lana”, este término que en México hace referencia al dinero, en nuestro país, Argentina, se refiere específicamente a la materia prima con la que se hacen prendas de vestir. En definitiva, sin rodeos, la lana es el pelo de las ovejas que se usa para hacer “suéteres” y otras prendas.

Ya aclarado lo antedicho, pasamos a la explicación central del tema que nos convoca. Pues, al amante se le dice “pata de lana” o “pata e’lana”, tomando como ejemplo una típica situación que le suele ocurrir a quienes incurren en estas prácticas reñidas con la moral.

La situación es la siguiente: se encuentran los amantes en plena faena sexual, en pleno éxtasis, en pleno fragor de la pasión, cuando de repente, ¡llega el esposo y/o concubino y/o novio de la dama infiel!, entonces el amante lo primero que atina a hacer instintivamente, antes de escapar, es a cambiarse, y lo primero que se pone son las medias, que tradicionalmente estén elaboradas con lana, pero como luego razona "¡no llego a cambiarme!", entonces se lleva toda la ropa en la mano (incluidos los zapatos) y escapa por la ventana corriendo en medias (que ya las tenía puestas, porque como un acto reflejo ya se las había puesto, según dijimos). Entonces mientras corre, las vecinas dicen “¡ahí va el ‘pata de lana’!”.