Si al principio se trataba de casos aislados y suponían cierto shok en el entorno de estas parejas, ahora se ve como algo normal e incluso como una ventaja para nosotras. Las mujeres cada vez alargan más su juventud y se liberan de prejuicios. Una mujer de 30 o 40 años está no sólo en su mejor momento profesional sino personal. Actualmente, estas mujeres se han convertido en una seria competencia para las veinteañeras, que carecen de la experiencia, la independencia y el status socioeconómico de una mujer de una generación superior.
Adiós al hombre maduro
Ahora que las mujeres han conquistado su independencia económica, ya no necesitan a su lado a ese hombre maduro y protector que pueda mantenerla a ella y a su descendencia. Ahora las mujeres quieren como pareja a un hombre que pueda hacerlas felices, que ni siquiera tiene que ser obligatoriamente el padre de sus hijos.
Frescura, espontaneidad, ilusiones, admiración… un hombre más joven puede convertirse en el compañero perfecto para una mujer que ya no va a pretender que su felicidad dependa exclusivamente de su pareja.
A ellos les gustan las mujeres más mayores por su experiencia en todos los sentidos, no sólo en el sexo, porque son más directas y honestas con sus sentimientos y sus deseos. Es más difícil que una mujer mayor les haga perder el tiempo, tienen claro lo que quieren y no dudan en decirlo.
Para la sociedad, que una mujer salga con un hombre más joven ya no es una novedad, es más, comienza a verlo como algo natural, ya que la esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres y sus años de juventud y belleza se alargan cada vez más. En términos sociológicos se conoce a estas parejas, en las que existe una evidente diferencia de edad, como “disparejas”. Lo mejor es que ya no se trata solamente de hombres que salen con jovencitas.
Claves de este tipo de relaciones
- Ambos son independientes, tienen su espacio y sus propios amigos.
- Ninguno de los dos depende económicamente del otro.
- El sexo es mucho más libre, natural y frecuente.
- Has cambiado los fines de semana en casa viendo la tele por conciertos, fiestas, cenas, viajes. Su fuerza te contagia y tienes unas ganas locas de vivir.
- Por fin las tareas domésticas son cosa de dos.
- Él te admira como mujer, no tiene problemas para reconocer tus méritos profesionales y te trata como a una reina.
- A los dos os gusta cuidaros: comer sano, ir la gimnasio, utilizar cremas…
- Si tenéis hijos, él se plantearía la baja de paternidad para cuidarlos.
¿Qué hay de la familia?
Aunque tú estés encantada con tu novio diez años menor que tú, puede que a tu familia y a tu entorno les cueste más aceptarlo. “Mis padres no querían ni ver a Jesús, el chico ocho años menor que yo con el que empecé a salir, dice Carmen, una profesora de 36 años”. “El problema era que había sido alumno mío y les parecía algo perverso que ahora fuésemos novios, les preocupaba mucho qué pensarían sus amistades y la familia”, dice Carmen. “También pensaban que yo tenía un problema de inmadurez que se iba a agravar por salir con alguien más joven que yo”, añade. “Sus padres se lo tomaron mejor que los míos, veían que yo le aportaba tranquilidad a su hijo, que había sido un adolescente problemático. Estuvimos dos años saliendo pero al final lo dejamos, era demasiada presión para mí por parte de mi entorno”, cuenta.
Cuado hay hijos, la situación se torna más delicada, aunque, curiosamente, los hombres más jóvenes suelen conectar mejor con los hijos de su pareja. Ante esta situación, la familia y el entorno puede ser aún más crítica con tu nueva relación, por lo que conviene ir despacio. Hasta no estar segura de que lo vuestro puede funcionar es mejor que tus hijos no le conozcan, ya que corren el riesgo de encariñarse con él y, además, pueden escuchar comentarios desfavorables sobre la nueva pareja de su madre que les confundan.
“Me hace sentir querida y segura”
Miriam, una azafata de 34 años, sale desde hace tres con un chico siete años menor que ella. “Al principio me costó un poco, me gustaba pero no le tomaba en serio como pareja. Fue él quien me convenció de que lo nuestro podía funcionar, desde el primer momento me dejó claro que quería una relación estable, incluso tenía claro que quería ser padre y que yo era la mujer perfecta. La verdad es que físicamente no se nota nada que él es más joven, no sé si porque yo parezco más pequeña de lo que soy. Aunque como digo, al principio me costó asumir que mi pareja iba a ser más joven que yo –siempre he salido hombres mayores que me hicieran sentir protegida-, ahora estoy feliz. Nunca me había sentido tan querida, admirada y segura de mí misma y de la persona que tengo al lado. Con Víctor soy yo misma, no tengo que hacerme la interesante ni la independiente para retenerle. Yo creo que a él, de alguna manera, también le sube el ego o se siente orgulloso de haber conquistado a una mujer mayor que él”.
Tú Wendy, yo “Peter Pan”
La falta de madurez, los problemas para asumir responsabilidades y para comprometerse son una de las quejas frecuentes de las mujeres respecto a sus parejas. De hecho, muchas asumen que su pareja va a ser siempre como un niño y se resignan a hacer de madres con ellos.
Otras mujeres, sin embargo, están encantadas con este tipo de hombres con los que ellas también pueden seguir siendo niñas. “Mis amigas se quejan de que sus novios juegan a la Play durante horas, a mí me encanta jugar con él, me lo paso en grande”, dice Silvia, una estilista de 32 años que sale con un chico cinco años más joven que ella.
Pese a que la mayoría de las mujeres madura antes que los hombres y tiene claro que quiere a su lado una pareja estable con la que formar una familia, también hay otras mujeres que se niegan a crecer, no quieren compromiso ni responsabilidades.
Para ellas, los hombres con el síndrome de Peter Pan son perfectos, porque pueden “jugar” juntos. Pero también hay mujeres maduras, fuertes e independientes que no reniegan de este tipo de “hombres Peter Pan”. “Por el momento no quiero compromiso ni tengo intención de tener hijos, así que me lo paso genial con el chico con el que salgo”, dice Marga, una ejecutiva de 40 años. “El es mucho más joven que yo, inmaduro y hasta un poco infantil, pero me hace reír, me lo paso bien en la cama con él y no me pide nada más, justo lo que yo quiero en este momento de mi vida”, cuenta.
¿Por qué no? Ya no todas las mujeres desean tener hijos o quieren tomarse la vida tan en serio. Después de una relación fracasada puede que salir una temporada con alguien más joven te devuelva las ganas de vivir y de divertirte. Incluso si ya tienes hijos y él no quiere ser padre, podéis formar un buen tándem. La clave está en que cada uno tenga claro su momento vital y sepa disfrutarlo: pretender aparentar la misma edad que él sería ridículo, renunciar a su juventud por ti tampoco sería justo.
Ventajas para él
- Una mujer mayor es directa y honesta, no te hará perder el tiempo.
- Ella tendrá menos problemas para respetar tu espacio y tu independencia porque ya ha conquistado los suyos y los valora por encima de todo.
- No te agobiará preguntándote si la quieres, con estar segura de sus sentimientos le bastará para disfrutar de la relación.
- No te montará las escenas de celos típicas de las adolescentes.
- Una mujer de 30 ó 40 años está en su mejor momento sensual y sexual, por fin libre de prejuicios y complejos. La libido de una mujer suele aumentar con la edad.
- Su experiencia jugará a favor de ambos en todos los sentidos.
- La relación entre ambos será de igualdad, ella no esperará que la mantengas o que paséis juntos las 24 horas del día. No será tan dependiente como una mujer más joven.
- Ella estará encantada con los planes que le propongas, será capaz de disfrutarlos plenamente. La felicidad y la pasión se multiplican.
- Una mujer mayor te aportará más estabilidad, serenidad y tolerancia, te ayudará a madurar y te enriquecerá.
- Por su experiencia, ella sabe que ningún hombre es perfecto, y aceptará mejor tus fallos y defectos.
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