6 de noviembre de 2009

BENEDICTO XVI, EL PAPA TECNOFOBICO

Fue en el programa Octavia Dies de la televisión vaticana. Atacó el uso de internet y de los móviles porque “impiden proteger el silencio y los seres humanos corren el riesgo de perder sus almas”. Sin embargo, la Iglesia tiene página web propia.

El Vaticano ya apuntó contra Galileo, Giordano Bruno, contra la teoría de la evolución, los homosexuales y el aborto. Y ahora dispara contra el enemigo que le faltaba: la tecnología. En un arranque de tecnofobia religiosa, el cura católico Federico Lombardi, vocero del mismísimo papa Benedicto XVI, apareció en el programa Octavia Dies de la televisión vaticana y dejó a los televidentes mudos al afirmar que la obsesión por las tecnologías modernas, como el celular e internet, no está dejando tiempo suficiente para que las personas –léase creyentes o no creyentes– se dediquen a tareas espirituales.


“En la era del teléfono celular e internet es más difícil que nunca proteger el silencio y percibir la dimensión interior de la vida”, dijo acomodándose los anteojos. “Si no se cuida y nutre la vida espiritual, puede llegar a secarse. Si no se cultiva, los seres humanos corren el riesgo de perder sus almas.”
Las palabras de Lombardi, cabeza de la oficina de prensa del Vaticano, en realidad, chocan claramente con la realidad hipertecnologizada de la Iglesia católica (que obviamente tiene su página web, www.vatican.va).

En 2005, el Vaticano, por ejemplo, anunció a los periodistas la muerte del papa Juan Pablo II por SMS y correos electrónicos. “El Santo Padre falleció esta tarde a las 21.37 en su apartamento privado”, decía el mensaje. De hecho, la muerte de Karol Wojtyla fue uno de los acontecimientos más seguidos en internet en ese año: más de 990 mil referencias al fallecimiento, cerca de 60 mil artículos sobre la tradición vaticana, apuestas por quién iba a suceder a Juan Pablo II y ofertas de viajes para ir a Roma.


Y HAY MÁS.
Hace apenas un mes una asamblea de obispos que se reunió durante tres semanas para pensar cómo fomentar la divulgación de la Biblia concluyó que el texto escrito en papel no bastaba. “La voz de la palabra divina debe resonar a través de radios, canales de internet, CD, DVD e iPods”, argumentaban en un comunicado, donde volvían a insistir: “Hay que invadir las pantallas de televisión y cine, la prensa, los certámenes culturales y sociales”.

En su cruzada por afiliar a más personas y así acrecentar el club, las estrategias tecnocatólicas se diversificaron: salieron con una versión religiosa de YouTube llamada GodTube (www.godtube.com), una radio online conocida como GodPod (http://godpod.be), impulsaron una versión católica del popular videojuego musical Guitar Hero (se llama Guitar Praise, cuesta 150 dólares y en su lista de temas figuran canciones de rock cristiano como “Jesus Freak” de un tal Dc Talk).

Hasta los mismísimos cardenales se unieron a la cultura blogger: así lo hizo Sean O’Malley, el primer cardenal estadounidense en contar con un blog (www.cardinalseansblog.org) en el que sube oraciones, fotos de su iglesia en Boston e imágenes de niños (en misa y vestiditos).
Se sabe, además, que las computadoras del Vaticano corren Linux y que la nueva camada de sacerdotes miran con atención al iPhone.

De ahí que entre las aplicaciones del teléfono multiuso de Apple que más hacen furor por estas horas figure una llamada iBreviary (www.dimix.it/ibreviary), que pone en la palma de la mano de sus usuarios el Breviario, el libro que contiene el rezo eclesiástico de todo el año.
Ya fue descargada por más de 10 mil personas. Su inventor es el sacerdote italiano Paolo Padrini, claro opositor del tecnófobo Lombardi. El cura tecnofílico incluso ya avizoró el futuro de la religión a través de la web 2.0 y creó un foro en Facebook llamado Praybook. Ideal para conocer gente mientras se reza.



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